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Recomendaciones para los Gobiernos locales respecto al funcionamiento de las bibliotecas públicas en el marco de la emergencia económica, social y ecológica decretada por el Gobierno Nacional

Sobre la continuidad en la prestación del servicio de las bibliotecas
públicas en su calidad de servicio público de interés y utilidad social y la
contratación del personal bibliotecario con relación a su función social en
tiempos de crisis
Bogotá, abril 21 de 2020. La Biblioteca Nacional de Colombia (BNC), en su función de
entidad coordinadora de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas (RNBP), en el marco de
la emergencia sanitaria generada por el COVID-19, insta a las administraciones locales y
a los responsables de las bibliotecas públicas del país a desarrollar acciones de garantía
de los derechos fundamentales y protección de la ciudadanía mediante el fortalecimiento
de los servicios y procesos de gestión de las bibliotecas públicas y, por ende, del personal
bibliotecario.
“Una nación crece y se fortalece en la medida en que sus habitantes son capaces de
participar en un proyecto común. Una sociedad más justa, equitativa, solidaria y
cohesionada se da cuando la gran mayoría de personas tiene las mismas oportunidades
de educarse, informarse y participar en las decisiones. La biblioteca puede y debe
contribuir a ello creando oportunidades de lectura y escritura desde la infancia y para
todos los grupos de población. El acceso a la información es un derecho ciudadano y es
una obligación del Estado velar porque cada municipio destine parte de su presupuesto a
dotar y mantener una biblioteca pública con servicios gratuitos y abiertos a todos los
ciudadanos” 1 .
Existen diversas situaciones que pueden interrumpir las operaciones de las bibliotecas
públicas y afectar su capacidad de servir a la comunidad: recortes presupuestales, cambio
permanente del personal formado, condiciones de infraestructura riesgosas para los
usuarios y bibliotecarios, situaciones de violencia, etc.
En general, las bibliotecas y las administraciones locales responsables de los servicios
bibliotecarios pueden hacer frente a la mayor parte de estas situaciones, llegando a
soluciones tradicionales o creativas para mantener los servicios bibliotecarios abiertos al
público. Sin embargo, ocasionalmente las bibliotecas se enfrentan a situaciones que
exceden esa capacidad de manejo del desafío. Los servicios que el público ha esperado
deben detenerse, mientras que el presupuesto y el personal se redirigen para hacer frente
a la emergencia.
Este documento ofrece un repertorio de acciones que buscan ayudar a las
administraciones locales y a los bibliotecarios a aumentar su capacidad de afrontamiento
de la crisis generada por el COVID-19, mantener la prestación de los servicios
bibliotecarios de soporte a la población civil y a disminuir la vulnerabilidad de la biblioteca,
como servicio público, frente a emergencias. La BNC les propone, entonces, acciones de
fortalecimiento de sus bibliotecas y bibliotecarios para que puedan manejar con éxito
situaciones difíciles y continuar operando con poca o ninguna interrupción.
Así mismo, el equipo de la RNBP trabaja actualmente en la consolidación de un
repositorio de recursos de soporte a los bibliotecarios que incluye materiales de apoyo,
respuestas a preguntas frecuentes e iniciativas adelantadas por distintas bibliotecas
públicas desde su situación de aislamiento preventivo y que se consolidan como buenas
prácticas en la prestación de servicios bibliotecarios. Estos recursos se publicarán en la
página web:
bibliotecanacional.gov.co/es-co/bibliotecas-en-red
Tener una biblioteca dinámica y fuerte, que pueda sobreponerse a la adversidad,
proporciona a las comunidades recursos claves que aumentan su capacidad para hacer
frente a emergencias. Una biblioteca que pueda recuperarse rápidamente de una
emergencia ayuda a garantizar el retorno rápido y exitoso a la normalidad para todos los
aspectos de la comunidad, incluidos la economía, los hogares, las escuelas, las
administraciones locales mismas, los servicios ciudadanos y otros.
Esta posición está alineada con el reconocimiento internacional dado a las bibliotecas y a
los bibliotecarios en la declaración de la Presidenta y el Secretario General de la
Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), en la que
dicen que:
“[…] En las circunstancias actuales es vital que todos nos unamos para permitir que
continuemos leyendo, aprendiendo e investigando, y también para garantizar que
podamos minimizar los efectos a largo plazo de esta irrupción en nuestras culturas,
sociedades y economías.
Frente a este futuro incierto, estamos muy orgullosos del modo en que está respondiendo
el sector bibliotecario y sabemos que tenemos la resiliencia, la creatividad y el sentido de
servicio para continuar haciendo lo mejor posible para las comunidades que confían en
nosotros en estos momentos difíciles.”
1. El bibliotecario como líder del uso ético y responsable de la información
La información verídica y precisa es la primera víctima en una situación de crisis. Separar
los hechos de la especulación y los rumores se hace prioritario. Los bibliotecarios, como
referentes para el acceso a la información, se encuentran en una posición única para
ayudar a las comunidades a mantenerse actualizadas a medida que se desarrollan los
eventos y proporcionar información clave durante una crisis. Esto por supuesto, de la
mano de las administraciones locales quienes tienen de primera mano la información
oficial y que requiere ser puesta a disposición de la ciudadanía.
Las bibliotecas también son entornos ideales para la distribución de información por parte
del Gobierno Nacional –que mantiene y actualiza herramientas de información sobre el
avance de la crisis en el país–, las administraciones locales y otras entidades. Los
bibliotecarios cuentan en el soporte de la RNBP y el equipo técnico de la BNC que pueden
ayudarles a validar la veracidad de la información que se transmite por redes sociales, y a
entregar datos verídicos y relevantes para la población 2 .
En este sentido, los bibliotecarios y las bibliotecas pueden:
• Ser una fuente oficial de las disposiciones municipales para la comunidad, en tanto
mantienen una base de datos actualizada de sus usuarios, por ejemplo, a través
de las personas registradas en el Sistema Llave del Saber.
• Realizar distintos tipos de actividades de forma virtual o acciones locales, para que
la comunidad conozca de fuentes oficiales cómo protegerse ante el COVID-19.
• Monitorear la información que circula en la comunidad y, de forma adecuada y
pedagógica, desmentir la información falsa.
• Elaborar y/o compartir comunicados o productos audiovisuales que permitan a los
ciudadanos reconocer la importancia del uso ético de la información y las
consecuencias de divulgar las noticias falsas.
2. El bibliotecario como agente de transformación social
Las bibliotecas no solo son una fuente de información confiable durante una crisis,
también pueden convertirse en un centro de recursos y servicios que proporcione a las
comunidades, los ciudadanos, las organizaciones, el gobierno y la economía local una
serie de beneficios importantes como la disposición de espacios para las poblaciones
afectadas, los servicios de emergencia y como centros de acopio de ayudas; la gestión de
alertas o solicitudes de donaciones específicas; la coordinación de voluntarios y logística
de recursos de apoyo; y, mediante diferentes mecanismos y puentes de comunicación,
pueden conectar al personal de emergencia local y los funcionarios municipales con el
público.
Desde la RNBP se ha venido trabajando en la formación de los bibliotecarios de manera
que adelanten procesos de planeación y gestión que respondan a los requerimientos de
los gobiernos locales y a las necesidades de sus comunidades. Las estrategias
territoriales de la RNBP han realizado visitas a las bibliotecas públicas para fortalecer las
capacidades de los bibliotecarios y asesorar a las administraciones locales en el
mejoramiento de las condiciones y los servicios bibliotecarios. Así mismo, la RNBP ha
dispuesto un Aula Virtual 3 que permite la formación de los bibliotecarios en diferentes
aspectos de la gestión bibliotecaria. Ante esta emergencia, la RNBP trabaja actualmente
en el ajuste y adaptación de sus modelos y acciones para el acompañamiento remoto y
presencial a los bibliotecarios a través de las Estrategias Regionales de Tutores y
Promotores de Lectura, buscando ofrecer apoyo y asesoría técnica a las regiones para la
sostenibilidad y adaptación del personal bibliotecario y las bibliotecas ante el escenario
actual.
Por tanto, la BNC insta a las administraciones locales a aprovechar el confinamiento a que
se ven abocados los bibliotecarios para fortalecer sus capacidades y prepararse para el
restablecimiento de la vida social y comunitaria una vez sea superada la crisis. Si bien se
solicitó en días pasados la suspensión de los servicios presenciales en las bibliotecas
públicas del país 4 , es responsabilidad de los gobiernos locales y los bibliotecarios velar
por el derecho constitucional de acceso a la información y por el bienestar de los
ciudadanos en medio de la crisis.
En este sentido, los bibliotecarios pueden:
• Desarrollar un servicio de referencia virtual o remota en que se preste apoyo a los
estudiantes, madres, padres y docentes en el desarrollo de actividades
académicas, de formación personal o de entretenimiento. Este servicio puede
realizarse a través del teléfono, correo electrónico, aplicaciones de mensajería
como WhatsApp o Messenger y redes sociales en internet como Facebook, Twitter
o Instagram (Pautas de servicio de referencia virtual_2020).
• Divulgar a través de distintos medios (radio, mensajes de celular, WhatsApp, redes
sociales) recursos de libre acceso a la información como bibliotecas digitales o
lecturas recomendadas.
• Implementar el servicio de información local virtual sobre la emergencia sanitaria a
través de la recopilación de información y canales de atención en los municipios o
territorios. Igualmente, puede generar alertas de iniciativas comunitarias como
recolección de alimentos e implementos de aseo mediante mensaje de textos y
píldoras informativas.
• Enviar a las emisoras comunitarias –a través de Whatsapp o correo electrónico–
lecturas recomendadas, audios de lectura en voz alta, entre otros servicios, para
que el locutor lea y divulgue, con el fin de llegar a aquella comunidad que no
cuenta con acceso a internet o redes sociales.
• Fortalecer la formación de los lectores voluntarios vinculados a la biblioteca
pública, enseñando a seleccionar y leer contenidos en distintos soportes, de
manera que la lectura en familia se convierta en una actividad diaria que sirva para
promover la conversación y la interacción familiar.
• Realizar soporte y apoyo a los procesos de educación virtual o remota durante el
aislamiento preventivo, fortaleciendo sus servicios dirigidos a escolares y
estudiantes de educación formal para sus procesos de investigación y
profundización de contenidos.
• Posicionar la necesidad de la autoformación y la consulta de fuentes de
información que fortalezcan las habilidades de las personas, sus competencias
personales, profesionales, laborales y las pautas de crianza de madres y padres.
• Vincularse con las iniciativas de la BNC, la RNBP u otras instituciones para
formarse en el ejercicio de su labor como bibliotecario público y fortalecer sus
competencias y habilidades para la mejor gestión de la biblioteca y los servicios
durante y después de la situación de emergencia.
3. El lugar de la biblioteca pública municipal en la reconstrucción del tejido
social
Una vez la comunidad vuelva a sus actividades cotidianas (con las debidas medidas
sanitarias y en el marco de las orientaciones dadas por el gobierno nacional y las
autoridades locales), los bibliotecarios públicos del país deberán, en conjunto con otras
instituciones sociales, participar en las acciones y las propuestas que las administraciones
locales y entidades regionales, implementen para que la comunidad recupere, transforme
y dé valor a su vida en común: las personas, los lugares, las historias de vida y los
problemas sociales que se hicieron evidentes en el marco del aislamiento preventivo,
como una oportunidad para el reconocimiento colectivo en términos de solidaridad y
empatía.
Se propone, desde la BNC, que las bibliotecas públicas del país:
• Impulsen espacios de encuentro de la comunidad para retomar la vida colectiva.
Para ello, los bibliotecarios pueden estructurar proyectos, actividades e iniciativas
que transformen las emociones negativas alrededor del aislamiento.
• Estos espacios, desarrollados en conjunto con las casas de la cultura, las
instituciones educativas, los centros de atención a diversas poblaciones, entre
otros; deben constituirse en escenarios de expresión constructiva de la comunidad
a partir de sus opiniones y sensaciones en torno a la experiencia del confinamiento
y la emergencia económica, social y ecológica, como una oportunidad para
reconocerse en colectivo y para fortalecer la salud mental y las prácticas sociales y
culturales del municipio o región.
• Pueden incluir también ejercicios de recuperación de memorias, así como la
documentación de los hechos recientes y de las acciones de reconstrucción y
adaptación de la comunidad a los contextos actuales.
4. Los gobiernos locales como garantes del bienestar de los ciudadanos y su
derecho a la información, la educación y la cultura
La biblioteca pública en Colombia fue declarada como de “utilidad pública y social”
mediante la ley 1379 de 2010. La misma norma define los servicios bibliotecarios como
públicos y, por tanto, responsabilidad de las administraciones locales correspondientes.
Es su deber, entonces, velar por el funcionamiento, mantenimiento, programación y
ampliación de los servicios de la biblioteca, así como por el nombramiento o contratación
y el pago de sueldos u honorarios del personal bibliotecario (bibliotecarios, promotores de
lectura, auxiliares, técnicos de sistemas, entre otros).
La inserción de los servicios bibliotecarios en los planes y presupuestos de las entidades
territoriales es fundamental para sacar adelante los proyectos culturales y educativos del
municipio; y ahora mismo, durante esta coyuntura, para contribuir al bienestar de las
comunidades afectadas por la crisis.
Como responsable de la administración municipal, puede:
• Establecer objetivos de capacitación para su personal bibliotecario, apoyándose en
los recursos y estrategias que la BNC dispondrá para este fin.
• Promover y gestionar los recursos necesarios para el diseño, fortalecimiento e
implementación de servicios virtuales o remotos en las bibliotecas públicas, como
el servicio de conectividad o Internet, planes de telefonía móvil para la biblioteca,
gestión de plataformas o páginas web, creación de perfiles y páginas de la
biblioteca en redes sociales, adquisición, suscripción o gestión de recursos
digitales, entre otros.
• Desarrollar un plan de trabajo para la biblioteca pública orientado a la planeación,
diseño y/o mejoramiento de los servicios y procesos bibliotecarios, apoyados en el
Modelo de Madurez de los Servicios (MMS) dispuesto por la BNC.
• Hacer que la biblioteca participe de los eventos locales (por ejemplo, las jornadas
institucionales en las veredas o corregimientos) para aumentar la conciencia de la
comunidad sobre el papel de la biblioteca en el apoyo a la recuperación
comunitaria.
• Permitir que los bibliotecarios participen y abran un diálogo con bibliotecarios de

otros municipios y con las redes locales de bibliotecas públicas. Esta vinculación
puede derivar en formas de apoyarse mutuamente durante una crisis y permitir a
todos compartir eficientemente ciertos recursos y suministros.
• Consolidar sinergias entre el sector educativo, el de cultura y el social con la
biblioteca pública, para que ésta sea un soporte y referente para los procesos de
educación virtual o remota de escolares y estudiantes de educación superior, así
como para los procesos de información y formación ciudadana en cada una de las
etapas de la emergencia.
• Reconocer en la biblioteca pública, un escenario insustituible, para los procesos de
formación ciudadana sobre los temas sanitarios, económicos, medio ambientales y
de vida en común, que serán esenciales para superar y afrontar la crisis en sus
diferentes fases.
Desde la BNC invitamos a las administraciones locales y las bibliotecas públicas a asumir
el reto de trabajar por sus comunidades durante y después de la situación desatada por el
COVID-19; a entender esta circunstancia como una oportunidad única para asegurar el
derecho constitucional de acceso a la información, para fortalecer los procesos educativos
de las comunidades y para encontrar en los servicios bibliotecarios una oportunidad para
la construcción de proyectos de vida para niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Las
bibliotecas públicas departamentales, municipales, rurales y de comunidades indígenas,
afrocolombianas, negras, raizales y palenqueras, son y seguirán siendo dinamizadoras
fundamentales para la transformación social y humana en todas las regiones de nuestro
país, especialmente en tiempos de crisis.
 
Fragmento tomado de: Ministerio de Cultura

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